sábado, 25 de junio de 2016

Mayaceno


La sangre nutre el mundo.
La sangre hace caer la lluvia.
La sangre hace germinar la tierra
y en la sangre los hombres nacen y mueren.
La sangre es el alimento de los dioses…
…del inframundo.

(“Alexander revisited”)




Hace más de dos años, en los primeros tiempos de este blog, dediqué al mundo maya una extensa entrada. Sin embargo dicha aproximación quedó incompleta ya que el potencial de la temática convertía aquel solitario texto, pese a su complejidad, en poco menos que una introducción al tema. Por eso prometí entonces volver a revisitar y ampliar la cuestión en un futuro. Pues bien, ese momento ha llegado. 

sábado, 18 de junio de 2016

El Japón decimonónico en imágenes




La técnica para hacer fotografías fue descubierta a mediados en los años veinte del s. XIX, aunque las primeras cámaras no empezaron a salir al mercado con cuentagotas hasta casi veinte años más tarde. Además por entonces resultaban todavía muy rudimentarias ya que solo podían tomar imágenes en blanco y negro de baja calidad.

Sin embargo el nuevo invento progresó rápido y ya desde los años sesenta de ese mismo siglo se implementaron los primeros sistemas para obtener imágenes en color. Aunque se trataba de mecanismos muy complejos, lentos y caros, por lo cual la fotografía en color propiamente dicha no se generalizó comercialmente hasta un siglo después. Antes de eso solo a partir de comienzos del s. XX se empezaron a disponer sistemas relativamente fiables para tomar imágenes en color de buena calidad, pero tales sistemas obtuvieron muy escasa difusión debido a su elevado precio, alta complejidad y a los sofisticados cuidados requeridos tanto por las cámaras como de cara a revelar las imágenes. No obstante de todo esto ya os he ido hablando poco a poco a lo largo de las diversas entradas que he dedicado a la fotografía durante esos años.

La cuestión es que el caso japonés resulta particularmente interesante porque allí en esa confusa etapa que va de 1860 a 1900 aproximadamente se produjeron muchas fotografías de calidad y se llegó a experimentar a gran escala con un sistema muy particular enfocado a proporcionar color a tales imágenes.

lunes, 13 de junio de 2016

Paisajes idealizados y gentes estereotipadas del País del Sol Naciente





Antes de entrar en materia me gustaría enmarcar lo que voy a comentar dentro de un proceso más amplio. En concreto la formación a finales del s. XIX de una imagen tópica de la cultura japonesa, o al menos de una cierta estética derivada de ella que luego sería difundida de forma global mediante los mecanismos de la cultura de masas contemporánea. Esto último a través de muy diversos medios, desde el cine a la pintura, pasando por el cómic o los videojuegos.

jueves, 9 de junio de 2016

Paisajes y gentes del País del Sol Naciente




En nuestra época la imagen del turista japonés cámara de fotos en mano se ha convertido en un tópico. Pero en realidad el arte de la fotografía en Japón tiene tras de sí una amplia trayectoria.

Según Terry Bennett, Photography in Japan, 1853-1912, la introducción de la fotografía en ese país fue un proceso que se inició en 1848 (con la llegada del primer Daguerrotipo a las islas en un barco procedente de Holanda) y que culminó en 1857 con la primera fotografía tomada con éxito en suelo japonés, en concreto esta imagen de al lado que muestra a Shimazu Nariakira un señor feudal del clan Satsuma. 

   Poco después, en paralelo a la progresiva apertura de Japón al exterior, numerosos fotógrafos extranjeros se establecieron en el archipiélago convirtiendo así a Japón en una avanzadilla de la industria fotográfica en Asia. Me refiero a gente como el suizo Pierre Rossier (1829-1890), quien realizó una corta pero fructífera estancia en Nagasaki entre 1859 y 1860. Y sobre todo Felice Beato (1832-1909), gran amigo y fotógrafo favorito de este blog. Felice llegó a Japón en 1863 tras haber recorrido el Norte de la India y parte de China. En Japón se asentó en Yokohama y allí alcanzó su madurez como artista fotográfico dirigiendo un estudio hasta 1877 aproximadamente. Luego, a partir de ese año, empezó a dejar de lado su actividad como fotógrafo para dedicarse a diversos negocios hasta que finalmente abandonó el país en 1884. Vendió entonces gran parte de su material y de sus negativos, los cuales acabaron en manos del italiano Adolfo Farsari (1841-1898), quien a su vez ejerció de fotógrafo en el país nipón entre 1873 y 1890, asentado también en Yokohama. Además por esas fechas resultó asimismo digna de mención la labor del barón austriaco Raimund von Stillfried (1839-1911), el cual permaneció en Japón entre los años 1870 y 1885 aproximadamente.